6 de agosto de 2011

EL CUIDADO DEL CORDÓN UMBILICAL


El cordón umbilical, durante la gestación, conecta al niño con la madre, permitiendo el intercambio de oxígeno y nutrientes.
Está compuesto por una sustancia gelatinosa que se seca al contacto con el aire. Durante el parto es amarrado y cortado y durante los siguientes 7 a 10 días se seca, adquiere una coloración negruzca y finalmente se cae.
Las instrucciones que recibe la mamá al alta,  pueden incluir la limpieza con sustancias que secan como el alcohol, efectuada cada vez que se cambian los pañales. Esta práctica cuenta con el apoyo de la Academia Americana de Pediatría, aunque existe evidencia que el dejar el cordón sin tratamiento no se asocia con mayor frecuencia de infecciones e incluso puede acelerar su secado y caída en un par de días. La Organización Mundial de la Salud recomienda solamente el lavado de manos con agua y jabón antes de la manipulación del cordón, su limpieza también con agua y jabón suave y mantenerlo seco y expuesto al aire.
La limpieza debes efectuarla cuidadosamente, sin tirar del cordón, en la base de éste (cerca del abdomen de tu hijo). En la actualidad no se recomienda el uso de vendas o fajas en la zona. Evita que el pañal cubra la zona del cordón, ya que la humedad retardará el secado y puede promover la aparición de infecciones. También se recomienda el contacto piel a piel del bebé con la madre para favorecer la colonización con bacterias no patógenas.
Evita los baños de tina hasta que el cordón caiga y el área esté seca y limpia. También evita que tu bebé use ropa estrecha y sintética ya que dificulta la circulación del aire y secado del cordón.

Llama a tu pediatra si notas:
-                     Mal olor en la región del cordón.
-                     Presencia de pus.
-                     Sangramiento que exceda unas pocas gotas al caer el cordón.
-                     Enrojecimiento o hinchazón en el cordón o en la piel del abdomen que lo rodea.
-                     La aparición de fiebre o de compromiso general de tu bebé.

Problemas de la región del ombligo:
-        El granuloma umbilical es la aparición de pequeño nódulo de tejido duro en la base del ombligo. Notarás la presencia de una secreción amarillenta-verdosa en la zona, pero sin hinchazón, dolor o enrojecimiento. El diagnóstico es clínico (no se necesitan exámenes) y el tratamiento es ambulatorio con aplicaciones de nitrato de plata, que cauteriza y seca el tejido. Las aplicaciones deberán repetirse por un tiempo pero es un procedimiento que no le causará dolor a tu bebé.
-        La onfalitis,  infección del cordón umbilical, es relativamente poco frecuente pero potencialmente peligrosa por lo que deberás avisar a tu pediatra en casos de notar pus o mal olor en la zona y enrojecimiento asociados o no a fiebre o decaimiento. El bebé será hospitalizado, se le realizarán algunos exámenes de sangre como hemograma y cultivos y otros que determine el doctor. El tratamiento es con antibióticos endovenosos.
-        La persistencia del uraco es una condición muy poco frecuente que representa la mantención, más allá del nacimiento, de la conexión entre la vejiga y el cordón umbilical. Puedes notar humedad en la parte superior del pañal o bien que el cordón presenta pérdida de líquido. El pediatra probablemente pedirá una cistografía (radiografía de la vejiga con medio de contraste) o algún otro examen para determinar la anatomía de la zona. El tratamiento es quirúrgico, destinado al cierre de la conexión y el bebé puede requerir el uso de antibióticos para prevenir infecciones urinarias.
-             La hernia umbilical corresponde a un pequeño agujero en la pared abdominal a nivel del ombligo. Generalmente se observa cuando el bebé llora ya que la presión en el abdomen hace protruir contenido abdominal o líquido a través del defecto, haciéndolo visible. La mayoría de las hernias no presentan síntomas para los bebés pero pueden alarmar a los padres. El estrangulamiento del contenido de la hernia ocurre muy rara vez. El tratamiento es la observación. El 95% se cierran antes de los 5 años. Las que sean muy grandes pueden requerir cirugía debido a la escasa probabilidad de cierre espontáneo. El uso de vendaje y compresión externa no es efectivo y puede producir infección e irritación de la piel. La cirugía en general es sencilla y con un período post operatorio corto y bien tolerado.

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